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Comprar Vino de Bodegas Rodero
En el corazón de Pedrosa de Duero, una localidad marcada por su rica tradición vinícola, se encuentran las Bodegas Rodero. Este lugar, famoso por sus suelos y clima idóneos para el cultivo de la vid, es el hogar de una bodega que se ha convertido en emblema de calidad en la región de la Ribera del Duero.
Los comienzos de Bodegas Rodero están intrínsecamente ligados a la figura de Carmelo Rodero, un hombre cuya infancia estuvo profundamente marcada por el amor a los viñedos y la pasión por el vino. Desde joven, Carmelo invirtió en la expansión de sus propios viñedos, siguiendo la estela de sus abuelos que elaboraban vino de forma tradicional.En 1990, junto a su esposa Elena, Carmelo decidió fundar su propia bodega. Con esfuerzo, dedicación y un espíritu incansable, la pareja logró construir una bodega que no solo respetara los métodos tradicionales de elaboración, sino que también explorara nuevas técnicas que elevaran la calidad de sus vinos. Este legado ha sido recogido y ampliado por sus hijas, Beatriz y María, quienes, al igual que sus padres, comparten una profunda conexión con la tierra y los viñedos de la familia, asegurando que el proyecto familiar continúe evolucionando con cada generación.
Viñedos
Los viñedos de Bodegas Rodero se extienden por aproximadamente 170 hectáreas distribuidas en distintos pagos, un enfoque que permite aprovechar al máximo la diversidad de suelos y microclimas de la región. Esta diversidad de suelos es un factor esencial que aporta una riqueza y complejidad únicas a cada uno de sus vinos. El terreno, predominantemente arcilloso con algunas zonas calcáreas y pedregosas, se caracteriza por su capacidad para retener agua y nutrientes, lo que permite ciclos de maduración más prolongados y controlados. Esta particularidad del suelo, junto con la altitud de los viñedos, que varía entre los 820 y los 890 metros, otorga a las uvas una concentración y estructura inigualables.
La climatología de la Ribera del Duero, con veranos secos e inviernos largos y rigurosos, marca el carácter del viñedo. Las oscilaciones térmicas entre el día y la noche favorecen la concentración de aromas y la maduración equilibrada de las uvas, principalmente Tempranillo, junto con variedades como Cabernet Sauvignon, Merlot y Malbec. La edad promedio de los viñedos ronda los 30 años, aunque algunas de las parcelas más antiguas cuentan con hasta un siglo de historia, lo que aporta un carácter único a sus vinos.
Filosofía
La filosofía de Bodegas Rodero se basa en el respeto absoluto por la tierra y las uvas, un enfoque que Carmelo Rodero ha cultivado desde sus inicios. El compromiso de la bodega con la calidad se refleja en cada paso del proceso de vinificación, desde el viñedo hasta la botella. Uno de los aspectos más innovadores y característicos de la bodega es su sistema de vinificación por gravedad. Este método, que elimina el uso de bombeo, permite un trato más delicado de las uvas, conservando al máximo sus propiedades y características intrínsecas.
Para Carmelo Rodero, cada vino es una manifestación de la conexión entre el hombre y la tierra, una visión que se respalda con el uso de técnicas tradicionales combinadas con la tecnología más avanzada. En cada vendimia, el equipo de Bodegas Rodero trabaja para extraer la esencia de las uvas, respetando los tiempos y ritmos naturales de cada variedad. Este esfuerzo ha convertido a Bodegas Rodero en un referente no solo en la Ribera del Duero, sino también en el panorama vinícola internacional, siendo reconocida por su innovación y compromiso con la calidad.
Valores como la familia, el compromiso, la innovación y la responsabilidad son pilares fundamentales que han guiado el proyecto desde sus inicios. La visión de futuro de la bodega es clara: continuar siendo un referente de calidad y transmitir, generación tras generación, una pasión por la tierra y el vino que va más allá de las modas y tendencias.
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Comprar Vino de Bodegas Rodero
En el corazón de Pedrosa de Duero, una localidad marcada por su rica tradición vinícola, se encuentran las Bodegas Rodero. Este lugar, famoso por sus suelos y clima idóneos para el cultivo de la vid, es el hogar de una bodega que se ha convertido en emblema de calidad en la región de la Ribera del Duero.
Los comienzos de Bodegas Rodero están intrínsecamente ligados a la figura de Carmelo Rodero, un hombre cuya infancia estuvo profundamente marcada por el amor a los viñedos y la pasión por el vino. Desde joven, Carmelo invirtió en la expansión de sus propios viñedos, siguiendo la estela de sus abuelos que elaboraban vino de forma tradicional.En 1990, junto a su esposa Elena, Carmelo decidió fundar su propia bodega. Con esfuerzo, dedicación y un espíritu incansable, la pareja logró construir una bodega que no solo respetara los métodos tradicionales de elaboración, sino que también explorara nuevas técnicas que elevaran la calidad de sus vinos. Este legado ha sido recogido y ampliado por sus hijas, Beatriz y María, quienes, al igual que sus padres, comparten una profunda conexión con la tierra y los viñedos de la familia, asegurando que el proyecto familiar continúe evolucionando con cada generación.
Viñedos
Los viñedos de Bodegas Rodero se extienden por aproximadamente 170 hectáreas distribuidas en distintos pagos, un enfoque que permite aprovechar al máximo la diversidad de suelos y microclimas de la región. Esta diversidad de suelos es un factor esencial que aporta una riqueza y complejidad únicas a cada uno de sus vinos. El terreno, predominantemente arcilloso con algunas zonas calcáreas y pedregosas, se caracteriza por su capacidad para retener agua y nutrientes, lo que permite ciclos de maduración más prolongados y controlados. Esta particularidad del suelo, junto con la altitud de los viñedos, que varía entre los 820 y los 890 metros, otorga a las uvas una concentración y estructura inigualables.
La climatología de la Ribera del Duero, con veranos secos e inviernos largos y rigurosos, marca el carácter del viñedo. Las oscilaciones térmicas entre el día y la noche favorecen la concentración de aromas y la maduración equilibrada de las uvas, principalmente Tempranillo, junto con variedades como Cabernet Sauvignon, Merlot y Malbec. La edad promedio de los viñedos ronda los 30 años, aunque algunas de las parcelas más antiguas cuentan con hasta un siglo de historia, lo que aporta un carácter único a sus vinos.
Filosofía
La filosofía de Bodegas Rodero se basa en el respeto absoluto por la tierra y las uvas, un enfoque que Carmelo Rodero ha cultivado desde sus inicios. El compromiso de la bodega con la calidad se refleja en cada paso del proceso de vinificación, desde el viñedo hasta la botella. Uno de los aspectos más innovadores y característicos de la bodega es su sistema de vinificación por gravedad. Este método, que elimina el uso de bombeo, permite un trato más delicado de las uvas, conservando al máximo sus propiedades y características intrínsecas.
Para Carmelo Rodero, cada vino es una manifestación de la conexión entre el hombre y la tierra, una visión que se respalda con el uso de técnicas tradicionales combinadas con la tecnología más avanzada. En cada vendimia, el equipo de Bodegas Rodero trabaja para extraer la esencia de las uvas, respetando los tiempos y ritmos naturales de cada variedad. Este esfuerzo ha convertido a Bodegas Rodero en un referente no solo en la Ribera del Duero, sino también en el panorama vinícola internacional, siendo reconocida por su innovación y compromiso con la calidad.
Valores como la familia, el compromiso, la innovación y la responsabilidad son pilares fundamentales que han guiado el proyecto desde sus inicios. La visión de futuro de la bodega es clara: continuar siendo un referente de calidad y transmitir, generación tras generación, una pasión por la tierra y el vino que va más allá de las modas y tendencias.