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Pago de los Capellanes
Ribera del Duero51,75€
49,16€/ud (-5%)
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Comprar Vino de Pago de los Capellanes
Pago de los Capellanes no es simplemente una de las bodegas más reconocidas de la Denominación de Origen Ribera del Duero, sino que representa una visión clara y coherente de cómo el vino puede ser el resultado de una relación íntima con el paisaje. Situada en Pedrosa de Duero, en el corazón de la denominación, su historia comienza en los años noventa cuando la familia Rodero-Villa decide recuperar un pago histórico, del que toma su nombre, para construir algo más que una bodega: una forma de entender el vino desde el viñedo, con una filosofía de respeto absoluto al origen.
Viñedo propio, altura y suelos que marcan carácter
Desde entonces, su crecimiento ha sido sostenido, pero siempre con una idea fija: trabajar exclusivamente con uva propia, vinificando por separado cada parcela para preservar su identidad. Las más de 100 hectáreas que hoy componen la propiedad se reparten entre laderas y llanuras a altitudes de 800 a 860 metros, con suelos pobres de arcilla, caliza y canto rodado, en un clima extremo que marca el carácter de sus vinos: veranos muy calurosos, noches frías y una sequía constante que obliga a la viña a superarse.
Aquí manda la Tinta Fina y la elegancia
Su variedad reina es, por supuesto, la Tempranillo ,o Tinta Fina, que aquí alcanza una expresión particularmente fina, gracias a su piel gruesa y su concentración natural. Pero lo que define el estilo de Pago de los Capellanes es la contención, la finura, el equilibrio. En un mar de riberas con músculo y madera, ellos optan por la precisión, el trazo limpio y la elegancia tensa. Las fermentaciones se hacen con levaduras autóctonas, los remontados son suaves, y la crianza se lleva a cabo en roble francés de grano fino, buscando siempre acompañar al vino, nunca dominarlo.
Crianza, Nogal, Picón - Vinos distintos, la misma precisión
Su vino Pago de los Capellanes Crianza es el emblema más accesible, un vino serio pero inmediato, que combina fruta roja madura con taninos pulidos y notas balsámicas. Pero es en los vinos de parcela donde la bodega muestra su verdadera ambición. El Nogal y Picón son vinos profundamente distintos entre sí, pero ambos revelan un dominio absoluto del detalle. El primero, mineral, vertical, casi borgoñón en su austeridad; el segundo, denso, oscuro, con una energía interna que impresiona sin necesidad de levantar la voz.
Una segunda generación que apuesta por la viña y lo natural
En los últimos años, con la segunda generación, Pablo y Patricia Rodero, al frente del proyecto, el enfoque se ha radicalizado aún más: ecología real, mínima intervención, cubiertas vegetales, trabajo manual, y vinificaciones que buscan expresar el viñedo sin maquillaje. Incluso en la arquitectura de la bodega se ve este pensamiento: gravedad en lugar de bombas, energía pasiva, integración con el entorno.
¿Y si hacemos blancos? El salto a Galicia con O Luar do Sil
Este mismo espíritu los llevó en 2014 a emprender una aventura nueva, fuera de Castilla y León. En lugar de ampliar su presencia en la Ribera, optaron por mirar al noroeste y fundaron O Luar do Sil, en la gallega Valdeorras, tierra de nieblas, pizarra y Godello. Allí, las condiciones son opuestas: más lluvia, menos altitud, más vegetación. Pero la idea es la misma: interpretar el paisaje con honestidad.
El resultado son vinos blancos de enorme pureza y profundidad, como el O Luar do Sil Godello sobre lías, que combina la untuosidad natural de la Godello con una tensión eléctrica y una mineralidad que parece brotar de la piedra. No es una bodega anexa, sino un proyecto con entidad propia, con la misma mirada exigente que define todo lo que hace Pago de los Capellanes.
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Comprar Vino de Pago de los Capellanes
Pago de los Capellanes no es simplemente una de las bodegas más reconocidas de la Denominación de Origen Ribera del Duero, sino que representa una visión clara y coherente de cómo el vino puede ser el resultado de una relación íntima con el paisaje. Situada en Pedrosa de Duero, en el corazón de la denominación, su historia comienza en los años noventa cuando la familia Rodero-Villa decide recuperar un pago histórico, del que toma su nombre, para construir algo más que una bodega: una forma de entender el vino desde el viñedo, con una filosofía de respeto absoluto al origen.
Viñedo propio, altura y suelos que marcan carácter
Desde entonces, su crecimiento ha sido sostenido, pero siempre con una idea fija: trabajar exclusivamente con uva propia, vinificando por separado cada parcela para preservar su identidad. Las más de 100 hectáreas que hoy componen la propiedad se reparten entre laderas y llanuras a altitudes de 800 a 860 metros, con suelos pobres de arcilla, caliza y canto rodado, en un clima extremo que marca el carácter de sus vinos: veranos muy calurosos, noches frías y una sequía constante que obliga a la viña a superarse.
Aquí manda la Tinta Fina y la elegancia
Su variedad reina es, por supuesto, la Tempranillo ,o Tinta Fina, que aquí alcanza una expresión particularmente fina, gracias a su piel gruesa y su concentración natural. Pero lo que define el estilo de Pago de los Capellanes es la contención, la finura, el equilibrio. En un mar de riberas con músculo y madera, ellos optan por la precisión, el trazo limpio y la elegancia tensa. Las fermentaciones se hacen con levaduras autóctonas, los remontados son suaves, y la crianza se lleva a cabo en roble francés de grano fino, buscando siempre acompañar al vino, nunca dominarlo.
Crianza, Nogal, Picón - Vinos distintos, la misma precisión
Su vino Pago de los Capellanes Crianza es el emblema más accesible, un vino serio pero inmediato, que combina fruta roja madura con taninos pulidos y notas balsámicas. Pero es en los vinos de parcela donde la bodega muestra su verdadera ambición. El Nogal y Picón son vinos profundamente distintos entre sí, pero ambos revelan un dominio absoluto del detalle. El primero, mineral, vertical, casi borgoñón en su austeridad; el segundo, denso, oscuro, con una energía interna que impresiona sin necesidad de levantar la voz.
Una segunda generación que apuesta por la viña y lo natural
En los últimos años, con la segunda generación, Pablo y Patricia Rodero, al frente del proyecto, el enfoque se ha radicalizado aún más: ecología real, mínima intervención, cubiertas vegetales, trabajo manual, y vinificaciones que buscan expresar el viñedo sin maquillaje. Incluso en la arquitectura de la bodega se ve este pensamiento: gravedad en lugar de bombas, energía pasiva, integración con el entorno.
¿Y si hacemos blancos? El salto a Galicia con O Luar do Sil
Este mismo espíritu los llevó en 2014 a emprender una aventura nueva, fuera de Castilla y León. En lugar de ampliar su presencia en la Ribera, optaron por mirar al noroeste y fundaron O Luar do Sil, en la gallega Valdeorras, tierra de nieblas, pizarra y Godello. Allí, las condiciones son opuestas: más lluvia, menos altitud, más vegetación. Pero la idea es la misma: interpretar el paisaje con honestidad.
El resultado son vinos blancos de enorme pureza y profundidad, como el O Luar do Sil Godello sobre lías, que combina la untuosidad natural de la Godello con una tensión eléctrica y una mineralidad que parece brotar de la piedra. No es una bodega anexa, sino un proyecto con entidad propia, con la misma mirada exigente que define todo lo que hace Pago de los Capellanes.