Mostrando 1 a 16 de 3810
Comprar Vino Tinto
El vino tinto es una bebida alcohólica procedente de la fermentación alcohólica del mosto obtenido de variedades tintas del genero vitis vinífera. Algunas de las variedades tintas más relevantes son: Tempranillo en la región de La Rioja, Navarra, Ribera del Duero y Toro; Cabernet Sauvignon y Merlot en la región de Burdeos; Syrah en el Valle del Ródano; y la variedad reina Pinot Noir en Borgoña.
¿Cómo son morfológicamente las uvas tintas?
Las uvas tintas, a medida que van madurando en el viñedo, van adquiriendo un color rojo-azulado intenso en la piel (hollejo) donde se concentra gran parte de la materia colorante, llamados antocianos, que otorgará el color tinto al vino. Por otro lado, la pulpa es incolora pero rica en azúcares. Unos azúcares que serán los responsables de que el mosto se transforme en vino con la acción de las levaduras del género saccharomyces. Finalmente las pepitas localizadas en el interior de la uva, son ricas en taninos y aportan la estructura al vino tinto.
Elaborando un vino tinto…
La elaboración de un vino tinto comienza con la vendimia entre el mes de agosto y octubre dependiendo de la zona vitícola. Las regiones geográficamente situadas más al norte, como Borgoña y Alemania, al disfrutar de un clima más frío hacen que las uvas maduren lentamente retrasando la época de la cosecha. El momento de la vendimia sucede cuando la concentración de azúcares y acidez deseada ha llegado a su punto óptimo.
Una vez recepcionada la cosecha en bodega, se criban los racimos mediante una mesa de selección vibrante que permite eliminar las bayas atacadas por hongos y aquellas que no han completado la madurez óptima. Seguidamente, los racimos caen directamente en la máquina despalilladora que elimina los raspones y a continuación una estrujadora mecánica de rodillos rompe ligeramente las bayas liberando el mosto de la uva. Mediante una bomba helicoidal o bien peristáltica se conduce la pasta (mosto + hollejos) a depósitos de hormigón, acero inoxidable o cubas de madera, en función de la elección del bodeguero.
Nunca hay que olvidar, que existen algunas zonas productoras de vino que eliminan el proceso de despalillado e introducen la vendimia entera con raspones par aportar mayor tanicidad al vino. Todo depende de la variedad que se emplea, ya que variedades poco tánicas como Pinot Noir necesitan un aporte extra tánico para envejecer largamente los vinos ya que sino quedarían vinos delgados.
Con la vendimia encubada en depósitos, existe la posibilidad de una maceración pre fermentativa en frío durante unos días la cual permite extraer aromas primarios, interesantes para aquellas variedades con gran potencial aromático. En cualquier caso, se procede a la siembra de levaduras si se quieren fermentaciones controladas, de no ser así se puede optar por fermentaciones espontáneas ya que los hollejos llevan adheridas levaduras propias dispersas por el viñedo. Durante la fermentación alcohólica las levaduras transforman el azúcar en alcohol y como subproducto desprenden gas carbónico (CO2). Éste proceso tiene una duración aproximada de dos semanas, y durante se procede a remontados periódicos que permiten extraer el color de los hollejos tiñendo el mosto-vino de rico color rojo. Además, los remontados abiertos, permiten airear el mosto-vino eliminando los aromas de reducción a su vez que activan el proceso fermentativo ya que con el desprendimiento de CO2 se ralentiza la cinética fermentativa ya que estamos en un medio anaeróbico.
Finalizada la fermentación alcohólica, el bodeguero tiene la opción de macerar el vino con los hollejos durante unos días, lo que se conoce como maceración post-fermentativa. Esta fase provoca un incremento de aromas, materia colorante y taninos en el vino tinto. Independientemente de esta fase, terminada la fermentación se procede al descubado donde se separa el vino tinto de los hollejos. Éstos se introducen en una prensa vertical hidráulica u horizontal de membrana, con tal de obtener mediante prensado el vino de prensa más rico en taninos y astringencia, el cual servirá en el proceso final de la vinificación para aportar estructura al vino si fuera necesario. Por ello, el vino de prensa se reserva a parte en depósitos de acero o bien en barricas hasta el momento final. Tras el prensado, la parte sólida restante (orujos) se entregan para la elaboración de destilados.
Generalmente el vino tinto se trasiega a depósitos de acero donde transcurrirá una segunda fermentación: la fermentación maloláctica, consistente en la transformación mediante bacterias lácticas de un ácido fuerte como el málico (manzana verde) en un ácido suave como el láctico (leche). Este proceso puede durar hasta un mes y se necesitan temperaturas superiores a los 20ºC, por lo que en algunas zonas frías no ocurre hasta la primavera con el aumento de las temperaturas.
A continuación y dependiendo del tipo de vino tinto que se quiere elaborar, existe la posibilidad de trasegar el vino a las barricas si queremos obtener un vino tinto crianza. Para el caso de los vinos tintos jóvenes sólo será necesario unos meses de reposo en depósitos de acero inoxidable. Dependiendo del tiempo de crianza en madera y en botella se obtienen distintas categorías de vino: joven crianza, crianza, reserva y gran reserva.
La clarificación es una de las últimas etapas necesaria antes de comercializar el vino, donde se añaden agentes clarificantes al vino como la caseína, albumina de huevo, cola de pescado o bentonita con el fin de eliminar materias coloidales y tartratos en suspensión que provocan el enturbiamiento en el vino. Seguidamente y de manera opcional el vino puede ser filtrado mediante el uso de un filtro de placas o tierras diatomeas, lo que hará que el vino tinto sea más estable biológicamente.
Finalmente, se procede al embotellado y el vino tinto estará listo para su comercialización.
- ;
- ;
- ;
- ;
- ;
- ;
- ;
- ;
Comprar Vino Tinto
El vino tinto es una bebida alcohólica procedente de la fermentación alcohólica del mosto obtenido de variedades tintas del genero vitis vinífera. Algunas de las variedades tintas más relevantes son: Tempranillo en la región de La Rioja, Navarra, Ribera del Duero y Toro; Cabernet Sauvignon y Merlot en la región de Burdeos; Syrah en el Valle del Ródano; y la variedad reina Pinot Noir en Borgoña.
¿Cómo son morfológicamente las uvas tintas?
Las uvas tintas, a medida que van madurando en el viñedo, van adquiriendo un color rojo-azulado intenso en la piel (hollejo) donde se concentra gran parte de la materia colorante, llamados antocianos, que otorgará el color tinto al vino. Por otro lado, la pulpa es incolora pero rica en azúcares. Unos azúcares que serán los responsables de que el mosto se transforme en vino con la acción de las levaduras del género saccharomyces. Finalmente las pepitas localizadas en el interior de la uva, son ricas en taninos y aportan la estructura al vino tinto.
Elaborando un vino tinto…
La elaboración de un vino tinto comienza con la vendimia entre el mes de agosto y octubre dependiendo de la zona vitícola. Las regiones geográficamente situadas más al norte, como Borgoña y Alemania, al disfrutar de un clima más frío hacen que las uvas maduren lentamente retrasando la época de la cosecha. El momento de la vendimia sucede cuando la concentración de azúcares y acidez deseada ha llegado a su punto óptimo.
Una vez recepcionada la cosecha en bodega, se criban los racimos mediante una mesa de selección vibrante que permite eliminar las bayas atacadas por hongos y aquellas que no han completado la madurez óptima. Seguidamente, los racimos caen directamente en la máquina despalilladora que elimina los raspones y a continuación una estrujadora mecánica de rodillos rompe ligeramente las bayas liberando el mosto de la uva. Mediante una bomba helicoidal o bien peristáltica se conduce la pasta (mosto + hollejos) a depósitos de hormigón, acero inoxidable o cubas de madera, en función de la elección del bodeguero.
Nunca hay que olvidar, que existen algunas zonas productoras de vino que eliminan el proceso de despalillado e introducen la vendimia entera con raspones par aportar mayor tanicidad al vino. Todo depende de la variedad que se emplea, ya que variedades poco tánicas como Pinot Noir necesitan un aporte extra tánico para envejecer largamente los vinos ya que sino quedarían vinos delgados.
Con la vendimia encubada en depósitos, existe la posibilidad de una maceración pre fermentativa en frío durante unos días la cual permite extraer aromas primarios, interesantes para aquellas variedades con gran potencial aromático. En cualquier caso, se procede a la siembra de levaduras si se quieren fermentaciones controladas, de no ser así se puede optar por fermentaciones espontáneas ya que los hollejos llevan adheridas levaduras propias dispersas por el viñedo. Durante la fermentación alcohólica las levaduras transforman el azúcar en alcohol y como subproducto desprenden gas carbónico (CO2). Éste proceso tiene una duración aproximada de dos semanas, y durante se procede a remontados periódicos que permiten extraer el color de los hollejos tiñendo el mosto-vino de rico color rojo. Además, los remontados abiertos, permiten airear el mosto-vino eliminando los aromas de reducción a su vez que activan el proceso fermentativo ya que con el desprendimiento de CO2 se ralentiza la cinética fermentativa ya que estamos en un medio anaeróbico.
Finalizada la fermentación alcohólica, el bodeguero tiene la opción de macerar el vino con los hollejos durante unos días, lo que se conoce como maceración post-fermentativa. Esta fase provoca un incremento de aromas, materia colorante y taninos en el vino tinto. Independientemente de esta fase, terminada la fermentación se procede al descubado donde se separa el vino tinto de los hollejos. Éstos se introducen en una prensa vertical hidráulica u horizontal de membrana, con tal de obtener mediante prensado el vino de prensa más rico en taninos y astringencia, el cual servirá en el proceso final de la vinificación para aportar estructura al vino si fuera necesario. Por ello, el vino de prensa se reserva a parte en depósitos de acero o bien en barricas hasta el momento final. Tras el prensado, la parte sólida restante (orujos) se entregan para la elaboración de destilados.
Generalmente el vino tinto se trasiega a depósitos de acero donde transcurrirá una segunda fermentación: la fermentación maloláctica, consistente en la transformación mediante bacterias lácticas de un ácido fuerte como el málico (manzana verde) en un ácido suave como el láctico (leche). Este proceso puede durar hasta un mes y se necesitan temperaturas superiores a los 20ºC, por lo que en algunas zonas frías no ocurre hasta la primavera con el aumento de las temperaturas.
A continuación y dependiendo del tipo de vino tinto que se quiere elaborar, existe la posibilidad de trasegar el vino a las barricas si queremos obtener un vino tinto crianza. Para el caso de los vinos tintos jóvenes sólo será necesario unos meses de reposo en depósitos de acero inoxidable. Dependiendo del tiempo de crianza en madera y en botella se obtienen distintas categorías de vino: joven crianza, crianza, reserva y gran reserva.
La clarificación es una de las últimas etapas necesaria antes de comercializar el vino, donde se añaden agentes clarificantes al vino como la caseína, albumina de huevo, cola de pescado o bentonita con el fin de eliminar materias coloidales y tartratos en suspensión que provocan el enturbiamiento en el vino. Seguidamente y de manera opcional el vino puede ser filtrado mediante el uso de un filtro de placas o tierras diatomeas, lo que hará que el vino tinto sea más estable biológicamente.
Finalmente, se procede al embotellado y el vino tinto estará listo para su comercialización.